Católicos abandonan la Iglesia bergogliana



http://liturgicalnotes.blogspot.com.es/2018/05/apostasy.html

 El P. John Hunwicke

He borrado un comentario enviado (a un artículo mío) en el que el lector me asegura que, si X sucediera, "ese es el día en que salgo de la Iglesia para no volver".

Será mejor que sea franco sobre esto.

Tal amenaza contundente de apostasía, si lo dice en serio, me sugiere que el escritor se encuentra en un estado espiritual sumamente peligroso.

Es cierto que Francisco trata a la Iglesia militante (felizmente, no hay manera de que pueda poner sus manos sobre la purgante y no está dentro de su misericordiosamente limitado poder "hacer un desastre" en la Iglesia triunfante) como si fuera un poco, un patio de recreo privado en el que puede poner en pie juegos que encuentra personalmente satisfactorios y acumular cualquier cantidad de sus jactanciosos "líos". Pero la Iglesia es el Cuerpo de Cristo. No es el patio de recreo de Fco; no es el mio; no es el tuyo.

Ha habido papas terriblemente malos en el pasado y, dependiendo de cuánto tiempo pase hasta el Eschaton, muy probablemente habrá más de ellos en el futuro. Nada de eso cambia un nanogramo el hecho de que la Iglesia Católica es el Arca de la Salvación; la única y esencial Arca de Salvación.

Y no es una 'organización de membresía' humana y mundana de la que uno pueda salir enfadado. Tú y yo fuimos incorporados a Ella por nuestro Bautismo. Ella está enraizada en la eternidad; espléndida como un ejército con sus estandartes; terror para los espíritus caídos; una maravilla para los ángeles.

Si algo de lo que alguna vez he escrito ha sido, aunque sin intención, un estímulo para este tipo de actitud no católica de apostasía que me horroriza, entonces, aquí y ahora, me arrepiento de ello.

Si Fco, o yo, por nuestra mala conducta, llevamos a un alma a "salir de la Iglesia", entonces él (o yo) tendremos que responder por eso en el día del Juicio. Pero la persona que ha "salido de la Iglesia para nunca regresar " tendrá que responder del cargo más grave de todos: la apostasía.