Comunión en la mano: sacrilegio Involuntario



Este interesante artículo apareció hace tan sólo unos días en Infovaticana y demuestra el gran problema que supone (en realidad se trata de sacrilegio involuntario) el recibir la Sagrada Comunión en la mano. Todo esto, por supuesto, tiene sentido si se considera que la Hostia, realmente se convierte en el cuerpo de Cristo en la consagración; y si dejamos de lado las tesis ahumadas de algunos influenciados por convicciones luteranas.
En los últimos cincuenta años, la práctica de recibir la comunión en la mano se ha generalizado. Es muy común ver a más personas que comulgan recibiendo el Cuerpo de Cristo en la mano que directamente en la boca. Además, ya en algunas iglesias (como en Filipinas e Italia), se viene practicando desde hace algún tiempo lo que ha venido a llamarse “La auto-comunión”, lo que hace aún peor el problema, motivo de este breve artículo.
Infovaticana informa sobre un seminarista estadounidense, quien a fin de comprobar si en la práctica de la comunión en la mano, quedan o no residuos de la Hostia, llevó a cabo un sencillo experimento. Empleando guantes de color negro y una una Hostia no consagrada, obtuvo el siguiente resultado.
Las imágenes hablan por si mismas.

Recordemos que la Hostia empleada por el seminarista es en realidad sólo pan. Pero si fuera una hostia consagrada, dada a un fiel durante la misa, inevitablemente esas pequeñas migajas de hostias consagradas caerían al suelo. Lo cual constituiría una forma de sacrilegio hacia la presencia real de Cristo en la Eucaristía.
Recordamos aquí lo que afirma la Instrucción “Redemptionis sacramentum”.
En el punto 92 leemos:
Aunque todo fiel tiene siempre derecho a elegir si desea recibir la sagrada Comunión en la boca,[178] si el que va a comulgar quiere recibir en la mano el Sacramento, en los lugares donde la Conferencia de Obispos lo haya permitido, con la confirmación de la Sede Apostólica, se le debe administrar la sagrada hostia. Sin embargo, póngase especial cuidado en que el comulgante consuma inmediatamente la hostia, delante del ministro, y ninguno se aleje teniendo en la mano las especies eucarísticas. Si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la Comunión en la mano.
En el punto 93 leemos:
La bandeja para la Comunión de los fieles se debe mantener, para evitar el peligro de que caiga la hostia sagrada o algún fragmento.