Ministros extraor. de la Eucaristía: un arma de destrucción masiva

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17 de Noviembre de 2002 / Hora: 11 pm Lugar: Mi Altar de Reparación, Awka. Nigeria.
SÓLO MIS SACERDOTES EN LA LÍNEA DE MELQUISEDEC HAN SIDO CONSAGRADOS PARA HACER ESTO.

(Nota de este blog: Este mensaje se refiere sólo a la administración de la Eucaristía por parte de religiosas o laicos, ¿qué será en las parroquias en las que se ha abierto la comunión eucarística a los adúlteros?)

En mi oración durante esta hora, tuve una visión del Santo Rostro Agonizante de Jesucristo bañado en Sangre. Él apareció ante mi altar, se mantuvo un tiempo en silencio y finalmente dijo:

La Paz esté con ustedes, hijo Mío, la Paz esté con ustedes, Mi amado, he venido a revelarte, y a las Naciones de este mundo, el problema que enfrentará el mundo como resultado de la profanación del Sacramento de la Santa Eucaristía. Yo Soy el Agonizante Jesucristo, que recibe toda la amargura de su pecado.
Estoy llorando profundamente por esta nación. Si esta nación descuida esta súplica Mía, si esta nación se mantiene inflexible a Mi advertencia, en un tiempo no muy lejano, no habrá más fe en esta tierra.

Hijos, si estos abusos y profanaciones a Mi Sacramento de la Santa Eucaristía continúan, que implica la profanación de Mi Templo Sagrado, ¡oh, Mi Gloria se retirará de los profanadores! La Luz del verdadero amor se retirará de ellos. Les digo, el poder del error reinará sobre la vida de todos aquellos que abusen y de quienes promuevan la profanación del Santo Sacramento de la Santa Eucaristía.
Todos los conventos, monasterios y seminarios que se involucren en este acto de profanación pronto desaparecerán de la faz de la Tierra. Nadie los volverá a recordar. Ya ha ocurrido en la tierra de Europa. Estén prevenidos, ¡para que no les ocurra también a ustedes! Escuchen Mi llamado de amor y eliminen esta arma de destrucción masiva.


Hijos, Mi Gloria se retirará de aquellos Sacerdotes que consientan este acto de profanación. Mis Obispos que permanezcan en silencio y aquellos que promuevan este abuso y la profanación del Sacramento de la Santa Eucaristía, verán la mundanalidad de sus Sacerdotes. En su diócesis, la verdadera Devoción a Mi Presencia Eucarística desaparecerá entre los Sacerdotes, especialmente en aquellos que se involucran a sí mismos en este acto de profanación. El amor por Mi Misión desaparecerá en la parte del mundo donde se promueva este acto de profanación. Los Sacerdotes en esas naciones perderán el celo por el trabajo apostólico. En vez de ser los buscadores y pescadores de almas, ellos se convertirán en los buscadores y pescadores de las riquezas del mundo. Ellos serán los esclavos del materialismo. El dinero será el dios que ellos adorarán. El error del soborno y la corrupción gobernará sus vidas.

En ese momento, estos Sacerdotes estarán luchando por posiciones terrenales a fin de obtener riquezas y placeres. Ellos irán tan lejos de sobornar las autoridades por encima de ellos, a fin de obtener una oportunidad para tener conocimiento terrenal. Oh, si esto le ocurre a tu nación, verán a sus Sacerdotes rechazando su llamado al trabajo apostólico. Todo esto, será el resultado de la profanación del Sacramento de la Santa Eucaristía.

Estos Sacerdotes perderán la gracia de la castidad. El poder de la lujuria los abrumará. Muchos de los Sacerdotes se casarán, mientras que el resto se volverán hombres prostitutos. Ellos abusarán de muchas de Mis vírgenes en su propia tierra y arrastrarán a muchas almas con ellos al Infierno. En ese tiempo, el voto a la pobreza, obediencia y castidad habrá desaparecido. Las personas del mundo verán el vacío de Mis Sacerdotes, porque Mi Gloria se habrá retirado de ellos. Las riquezas de Mis Sacerdotes en ese tiempo, atraerán a los ladrones a Mi Santuario. Muchos de Mis Sacerdotes serán asesinados por estos ladrones. La riqueza de Mi Templo será arrebatada por los ladrones. El resto morirá de un ataque al corazón debido a su egoísta apego a las cosas materiales.

Hijos, si estos actos de profanación a la Santa Eucaristía continúan, entonces en esas tierras experimentarán la falta de Sacerdotes para Mi Misión. Los hombres perderán el celo por Mi servicio. Muchos seminarios se cerrarán. Las congregaciones religiosas en esas tierras, que se involucren a sí mismas y que promuevan la profanación al Sacramento de Mi Santa Eucaristía desaparecerán y nadie las recordará más.

¡Oh! Yo Me aseguraré que todos Mis Sumos Sacerdotes que se mantuvieron en silencio sobre estos asuntos y aquellos que promuevan estas profanaciones, vivan para ver el fruto de su trabajo; para que estén presentes para sufrir las consecuencias de su descuido, y que esta pena pase a Mi Tribunal de Juicio, donde verán el Rostro de Aquél que ahora les pide a ellos que amen.

Miren, las hermanas religiosas que se involucren en este acto de profanación, pronto se rendirán y se unirán al mundo. Como el Rey Uzías en 2 Crónicas 26, 16- 21, que profanó Mi Presencia al entrar en el Templo para quemar incienso en el Altar del Incensario. Esto no era la obligación del rey sino de Mi Sacerdote. Estas hermanas religiosas han crecido en arrogancia como Uzías, al tomar el control del trabajo de los Sacerdotes. Esto será su ruina.
Oh, Mis pequeñas hermanas, con la misma voz del Sacerdote Azarías y los ocho Sacerdotes de la antigüedad, las llamo a ustedes con amor. No tienen ningún derecho de administrar el Sacramento de la Santa Eucaristía. Exclusivamente Mis Sacerdotes en la línea de Melquisedec han sido consagrados para hacer esto. Dejen este trabajo para Mis Sacerdotes. 

No permitan que manos no consagradas estén cerca del Cáliz de la Santa Eucaristía. Huyan. ¡La IRA del Padre Eterno es grande! Yo Soy el Agonizante Jesucristo que las llama a amar. Mis pequeñas hermanas, les suplico regresen a su trabajo que se está perdiendo en el mundo. Vayan y cuiden a los pobres, a los débiles, a los enfermos y a las viudas. Ayuden y propaguen la Buena Nueva al mundo. Entrenen más vírgenes en el mundo.

Pero si ustedes continúan en su propio camino profanando el Sacramento de Mi Santa Eucaristía, Mi Gloria se retirará de ustedes. Ustedes perderán las gracias de la castidad y de la humildad. Los ojos de los hombres verán su mundanalidad porque ustedes serán más mundanas que el mundo. Se verán a sí mismas quitándose el velo de la pureza y persiguiendo el maquillaje de la belleza terrenal. Muchas de ustedes comenzarán a teñir su cabello y su piel en ese momento. Los hombres del mundo difícilmente diferenciarán a Mis pequeñas hermanas de las prostitutas en las calles. Por esta razón, muchas de ellas serán violadas. Hombres malvados penetrarán en los conventos para violarlas. Los secuestradores las secuestrarán en su camino.

En ese tiempo, muchas de ellas dejarán sus votos y se unirán al mundo de las prostitutas. La maldad se esparcirá por doquier en ese tiempo. La virginidad será una palabra del pasado. El temor de Dios habrá desaparecido. Mi Santa Iglesia será más vista como una Compañía que como una Iglesia. Salvar a un alma en ese tiempo será como escapar de las garras del león. ¡Oh! Grande será la condenación de Mi gente. Las almas, Me refiero a un gran número de almas, serán condenadas. Éste es el efecto del arma de destrucción masiva del que les hablo.

Ay de aquellos que serán usados como instrumentos del arma de destrucción masiva en el mundo. ¡Ellos se lamentarán amargamente de su existencia en el mundo!
Vean como ellos tendrán éxito en apagar la Luz del mundo. Habrá oscuridad por doquier. La Fuente de la Luz es el SOL ETERNO de los vivos y muertos, el Sacramento de la Santa Eucaristía. Pero vean, ellos han tenido éxito en apagarla en el mundo por causa de su arma de destrucción masiva.
En ese tiempo, las personas se preguntarán: “¿Cuáles son las causas de este problema y la maldad del mundo?” Algunos dirán que es la señal del final; otros dirán que el fin está próximo.

Escuchen ahora, oh hombres de la Tierra, que estas maldades son consecuencias del arma de destrucción masiva que Mi pueblo elaboró para sí mismo. Levántense y eliminen esta arma ahora, antes de que sea muy tarde. Que los líderes de Mi Santa Iglesia se levanten a defender a Mi Iglesia y sus Dones. Oh, Mi pueblo trabaja duro para salvar sus almas y las almas de Mi pueblo dependen de ustedes para su sobrevivencia.

Hijos, ¿ustedes creen que todas estas cosas pueden destruir a Mi Iglesia?
Tienen poder para destruir vidas y enviar a muchas almas al Infierno; pero por Mi Santa Iglesia, no tendrán poder para destruirla. Yo estoy con Mi Iglesia para defenderla. Ay de la generación que experimente toda esta maldad. Me refiero a aquellos que permitan estas armas de destrucción masiva sean detonadas y ataquen al SOL Eterno, el Sacramento de la Santa Eucaristía. Ellos sufrirán grandemente.

Bernabé, une estos Mensajes y el de Santa Cecilia para los Sacerdotes y Religiosos, el Mensaje que se dio el 12 de noviembre de 1999 y las Lecciones sobre el Sello, y envíalos a los líderes de Mi Iglesia en el mundo entero. Envíalos a los Sacerdotes y Religiosos de Mi Santa Iglesia, a los más que puedas. Haz esto a partir de Octubre de 2003. Aquellos que Yo escoja para esta misión, velarán porque se haga bien.”

(Silencio).

“Mi Madre ha estado suplicando por ustedes que la venidera Reparación se haga en la tierra que les di. Pero vean, ustedes no han respondido a Mi orden. Si ustedes responden a tiempo, puede que la escuche. De lo contrario, irán donde se les muestre. Vigilen que su respuesta a Mis suplicas pasadas no colinda con la preparación de la venidera Reparación. ¡Sean sabios!
Yo estoy con ustedes. Yo estoy con Mi Iglesia hasta el fin de los tiempos. Por el bien de los elegidos, Mis pequeños lirios en Mi camino sangriento, Yo suplico de

nuevo, levántense y eliminen el arma de destrucción masiva. Acérquense y sientan Mi Agonía. ¡Vengan! Yo Soy el Agonizante Jesucristo, que los llama a que regresen.

Dale pronto a Mi pobre sirviente este mensaje. Bernabé, ¿lo has comprendido?”

Respondí: “Mi Salvador, sí lo he comprendido. Mi Señor, por favor, ayúdame en mi examen.” Nuestro Señor guardó silencio por un momento y suavemente dijo:

“Bernabé, te ayudaré, pero debes saber que Mi Agonía Me está tumbando. Comparte Conmigo la agonía que sufro por amor a los hombres. ¡Recibe Mi bendición! Te bendigo en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.”

Inmediatamente la visión terminó.