Un Bergoglio pro sacrilegio, pro gay, y ultraecologista, prohíbe venta de cigarrillos




La hipocresía de Francisco se evidencia día a día. Después de invitar a abortistas, a defensores de la eutanasia, la esterilización forzosa, los anticonceptivos, la experimentación con embriones humanos, como conferenciantes en sus Academias Pontificias, después de codearse con parejas de travestis, de dar la bendición a unos maricas, de recibir a artistas de Hollywood radicalmente liberales..y de nombrar a colaboradores homosexuales (o al menos defensores a ultranza de esta ideología) como consejeros o altos responsables en instituciones vaticanas, es decir, después de "meterse en la cama" por activa y pasiva, con todos los antivida, ahora resulta que le preocupa la venta de cigarrillos porque atentan contra la salud, y va y quiere vetar su venta en el Vaticano..
Increíble pero cierto.

Por no hablar del terrorismo contra la integridad de Dios que supone la gravísima apertura masiva a las comuniones sacrílegas a raíz de Amoris Laetitia. 

Sería también cuestión de números, ¿cuántos millones de niños son asesinados directamente con el aborto?: 56 millones en 2015; ¿cuántos mueren porque eligen fumar? 

Además fumar es voluntario y el aborto un crimen contra un inocente. 





Por decisión del Papa Francisco, la venta de cigarrillos a empleados, religiosos y diplomáticos dentro del territorio del Vaticano estará prohibida desde 2018, para no cooperar con una "práctica que dañe la salud".


"El Santo Padre decidió que el Vaticano terminará la venta de cigarrillos a sus empleados en 2018", dijo el vocero del Vaticano Greg Burke, confirmando la agencia de prensa argentina Telam y el Wall Street Journal que habían anticipado la noticia. La razón, continúa Burke, es muy simple: la Santa Sede no puede cooperar con un ejercicio que claramente dañe la salud de las personas. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año, fumar causa más de siete millones de muertes en todo el mundo. Los cigarrillos, vendidos a los empleados y jubilados del Vaticano a un precio reducido, eran una fuente de ingresos para la Santa Sede. Sin embargo, ninguna ganancia puede ser legítima si pone en riesgo la vida de las personas.