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El obispo Erio Castellucci de Módena, Italia, publicó en el número de octubre de su semanario diocesano un edicto ordenando a sus sacerdotes no recibir en sus parroquias a "videntes, carismáticos, periodistas e intelectuales que manifiestan una disidencia oculta o abierta hacia la Iglesia oficial y especialmente a Papa Francisco".
La Nuova Bussola Quotidiana señala que en octubre Castellucci tuvo una discusión pública amistosa con el teólogo Andrea Grillo, un enemigo íntimo de la fe católica que solía atacar a Benedicto XVI o Juan Pablo II.
Una de las primeras víctimas de Castellucci fue monseñor Antonio Livi, conocido filósofo y profesor, que fue desinvitado de una parroquia de Módena después de una intervención de Castellucci.