Cuando dejáis Mi Paz todo el ambiente espiritual cambia.


Nuestro Señor Jesucristo a Javier Viesca, México


Sobre: Cuando el hombre escucha “que la Paz esté contigo” o “que la Paz esté con vosotros” o “que la Paz esté en este lugar”, en ese momento, por Fe, están aceptando Mi Presencia en medio de vosotros y, como os dije, en ese momento, todo se vuelve un ambiente de Paz.

Que la Paz quede con vosotros, Mis pequeños. Hace tiempo os pedí que a donde fuerais, dejarais Mi Paz. Esto es muy importante, Mis pequeños, no es un simple saludo, es toda una efusión de Amor y de Protección.

Cuando vosotros dejáis Mi Paz, en ese momento, todo el ambiente espiritual cambia. Dejar Mi Paz en un lugar y a los que están en ese lugar, es un favor inmenso que vosotros hacéis en lo espiritual, que Me dejáis hacer a Mí, vuestro Dios, con vuestros hermanos.

Al dejar Mi Paz, primeramente, los que estén ahí reunidos, cambiarán. El simple hecho de escuchar “Paz”, en ese momento, hay un cambio interno, íntimo, en donde vuestros problemas, vuestros dolores, vuestras sensaciones, vuestra vida alborotada, todo cambia. En ese momento, Soy Yo el que entra en acción en la persona, porque la Paz, viene de Mí, Soy Yo, vuestro Dios, en esa palabra, en la Paz. Y, por otro lado, satanás, se va, desaloja el lugar, porque él no soporta ni Mi Amor ni Mi Paz, porque él es todo lo contrario, él causa guerra, es destructor y no puede vivir donde haya Paz, porque él la perdió, como perdió Mi Amor, Virtudes, dones Místicos, infinidad de Bendiciones que tenía antes de su pecado grave.

Cuando el hombre escucha “que la Paz esté contigo” o “que la Paz esté con vosotros” o “que la Paz esté en este lugar”, en ese momento, por Fe, están aceptando Mi Presencia en medio de vosotros y, como os dije, en ese momento, todo se vuelve un ambiente de Paz. Os calmáis si tenéis problemas en el hogar, os tranquilizáis, y así, empiezan a suceder situaciones positivas que van a ayudar a todos los que reciban este saludo y, ese saludo, Soy Yo, vuestro Dios, Cristo Jesús. 

Cuando estuve en la Tierra, entre los hombres, ese era Mi Saludo para todos aquellos que Me recibían. Recibían Mi Presencia, porque Yo Soy la Paz. Mi Saludo anunciaba enseguida Mi Presencia. Yo les decía “que la Paz esté con vosotros, inmediatamente, Yo entraba en acción y, así, todos aquellos que estaban ahí, aceptaban Mi Presencia, Mis Palabras, Mis Enseñanzas, Mis Milagros. 

La Paz en un corazón, debe existir absolutamente, no podéis hacer grandes cosas si no hay Paz en vuestro corazón, en todo vuestro ser. La Paz os permite pensar de mejor manera; si tenéis Paz, podéis decidir, perfectamente, el qué hacer y el qué no hacer. Con la Paz en vuestro corazón, podéis acercaros a Mí, porque Yo no concibo a un alma en estado alterado que se pueda acercar a Mí, salvo que sea una insistencia, algo grave que le esté sucediendo y que requiera la urgencia de Mi Presencia y de Mi actuación, para resolver sus necesidades. Pero, normalmente, en vuestra vida diaria, no os podéis presentar ante Mí, como os dije, en un estado alterado, porque no estaréis pensando correctamente, estaréis pensando en vuestro problema.

Ciertamente, os calmaré, pero la mejor forma en que os acerquéis a Mí, es estando tranquilos, para que podáis contarMe todo lo que os sucede y podáis tomar de Mí, esa Paz que tanto necesitáis o necesitaréis para resolver vuestros problemas.

Todos necesitáis de Mí Paz. Todos vosotros necesitáis momentos de tranquilidad, momentos en los que solamente esteMos vosotros y Yo, en lo particular.
 Que sean momentos en los que no estéis corriendo ni estéis necesitando algo urgentemente. Quiero platicar con Mis hermanos, quiero platicar con Mis hijos, quiero estar con vosotros, porque Yo os necesito a vosotros y vosotros necesitáis de Mí, ese es el coloquio Divino, en el cual esteMos platicando, tranquilamente, de todo lo que es vuestra vida, de todo lo que sois vosotros.

Dejad, pues, Mis pequeños, que Mi Paz inunde vuestro corazón y vuestra vida. Si vosotros tenéis Paz en vuestro corazón y en vuestra vida, la iréis irradiando a todos aquellos que entren en contacto con vosotros. 

En situaciones difíciles, deberéis poner Paz, pidiéndoMela a Mí, vosotros la necesitaréis, pero se necesita que vosotros seáis conscientes de que los que están a vuestro alrededor, os necesitan. No podéis pedir la Paz e irradiarla, si vosotros mismos no la habéis recibido de Mí.

Es imprescindible, Mis pequeños que entendáis esto y que lo viváis, para que podáis ir eliminando la maldad, que siempre está a vuestro alrededor.Vayáis donde vayáis atraed Mi Presencia y al desear la Paz, dejad, también, un deseo de cambio, pedido por aquellos que están recibiendo Mi Paz, interceded por ellos, para que vayan recibiendo ese cambio interno, íntimo y ellos, a la vez, al recibir ese deseo de Paz, puedan transmitirlo a otros.

Mucho se pierde, Mis pequeños, dentro de las relaciones humanas espirituales, al no saber cómo convivir con vuestros hermanos. Estáis viviendo una vorágine, estáis viviendo un ataque, podría decir, masivo de satanás, os está llevando a un descontrol total de vuestra vida. Problemas por un lado, problemas por el otro, atacándoos en vida, en vuestra vida, atacándoos en lo espiritual y, de seguir así, empezaréis a ver cosas muy desagradables, que no quiero que lleguéis a ellas.

Satanás os va cerrando puertas, os va impidiendo que encontréis la Verdad y la realidad en vuestra vida, os va llevando, como os he dicho, a callejones sin salida. No permitáis que satanás haga su obra en vosotros, si vosotros os separáis de Mí, en ese momento, perdéis la Paz y vuestro corazón se empieza a vaciar de Mi Presencia. ¡Cómo podréis vosotros mismos, desear la Paz a vuestros hermanos, si no la tenéis en vuestro interior!

Recordad, que estáis llevando a vuestros hermanos Mi Presencia, Me estáis llevando a Mí y Me estáis dejando a vuestros hermanos al desearles la Paz. No sois vosotros los que os estáis presentando ante vuestros hermanos, Soy Yo, vuestro Dios, el que está quedando en ese lugar, el que está quedando en los corazones a quienes les estáis deseando la Paz.

Tenéis que ser conscientes, Mis pequeños, de todas estas Verdades, porque estáis llevando a cabo una misión Divina y necesitáis mucha protección y guía de Mi parte, no podéis vivir solos, a fuerza necesitáis de Mí, vuestro Dios, para salir triunfantes de vuestra misión. 

Debéis estar conscientes, Mis pequeños, en que, mientras más dejéis Mi Presencia, dejéis Mi Paz, dejéis Mi Amor, entre los vuestros, el ataque de satanás, será más intenso. El mal os acecha en todo momento y os debéis proteger, es una realidad que estáis viviendo, y la estáis viendo, la estáis sintiendo y así como sentís Mi Amor, sentís Mi Paz, también, sentís la maldad que os rodea.

Dad ayuda a todos los que podáis; sois intercesores. Hagáis lo que hagáis, muchas almas dependen de vuestra intercesión. 

Buscad, pues, Mis pequeños, agradarMe en todo momento, Me pertenecéis, sois Míos, Me di por vosotros. Mi Corazón Sacratísimo, late ardientemente por vuestro amor, amor que poco recibo, amor que quisiera tener en Mi Corazón, pero en una forma grande, inmensa, pero, no es así, Mis pequeños, son pocos, muy pocos, los que se acercan a Mí, los que piden, primeramente, tener esa Paz en su interior, porque os he dicho que nadie puede dar lo que no tiene.

Debéis vivir, primeramente, vosotros Mi Paz y cuando estéis llenos de ella, podréis darla, pero os debéis llenar de Mi Paz, de Mi Amor, Virtudes, Carismas, todo lo que tengáis, Yo, vuestro Dios, os lo he dado. Compartid, compartid todos los regalos espirituales que os doy, pero, sobre todo, Mis pequeños, orad intensamente, por vuestros hermanos. Os he dicho que tenéis esa Gracia inmensa sobre Mí, ese poder que os he dado, ese don, el de interceder por vuestros hermanos. Es una realidad el que Yo Me ate Mis Manos, y si vosotros no Me pedís que interceda y derrame Mis Bendiciones sobre los vuestros, no lo haré si no Me lo pedís.

Os he dicho que os volvéis corredentores junto Conmigo, al daros por vuestros hermanos; es una obligación de Amor y la estáis desperdiciando. Muchas almas, solamente, se salvarán así, por vuestra intercesión, porque hay muchas que ya no oran por sí mismas, porque no creen, porque no pueden, o porque no les interesa; pero, en la realidad, es que no saben lo que están haciendo, y vosotros debéis ayudarles, debéis traerlas a Mi Corazón, las pondré ahí. A estas almas y a todas las almas que Me traigáis, las purificaré, pero gracias a vuestra intercesión y al amor que pongáis en vuestra misión de intercesión.

Ahora, os digo Yo: Que la Paz quede con vosotros. Que la Paz quede en cada uno de los que están en este grupo ahora y los que no han llegado. Que Mi Paz quede en vuestros hogares. Que Mi Paz quede en vuestros hijos. Que Mi Paz quede en vuestra Patria. Que Mi Paz quede en la Iglesia. Que Mi Paz quede en el Mundo entero. Que Mi Paz quede en todo lo creado, visible e invisible. Que Mi Paz transforme todo, para que vosotros regreséis a donde pertenecéis, a la Casa Paterna, en donde tendréis Mi Paz por siempre.
Gracias, Mis pequeños.