Cómo se creó el mito de la evolución

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Se intentó crear artificialmente -para demostrar la veracidad de la teoría de la evolución- el eslabón perdido entre simios y hombres en varias ocasiones, con métodos anti científicos, y burdas falsificaciones: sin fósiles intermedios, con huesos de monos y cerdos, con la propaganda de los medios periodísticos, llegando a hacer uso de Hollywood para lanzar el falso caso del profesor-víctima que enseñó, (en aquel tiempo) ilegalmente, la evolución a sus alumnos, para luego crear la plataforma desde la que atacar el cristianismo y burlarse del relato de la creación bíblico.


Así es como la teoría de la evolución, a día de hoy no demostrada y descartada por una parte de la comunidad científica, se enseña a los menores de medio mundo en su escolarización. Porque no lo olvidemos, si la evolución ha sido la causa de la vida en la Tierra y del hombre, no se necesita a un Dios Creador, ni Redentor, porque no existe el alma inmortal ya que no somos más que monos desarrollados. Tampoco hay otra vida, y por tanto uno puede pecar tanto como desee porque no hay una consecuencia en el más allá de nuestros actos; y Jesucristo tampoco fue verdadero Dios. 


La evolución es el origen del ateísmo, y nada más.