Cuando os envío pequeñas pruebas, os tornáis reacios a mi amor




Febrero 19/08 a Agustín del Divino Corazón

Jesús dice:


Deseo inundar vuestro corazón con el agua viva y pura del manantial de mi Divino Corazón; agua que os limpiará porque, aún, hay suciedad dentro de vosotros. Agua que os purificará porque, aún, hay manchas, manchas producto de vuestro pecado.
Agua que apagará el fuego ardiente de vuestras pasiones. Agua que apagará la sed que arde en vosotros, porque habéis atizado para que una hoguera prenda en vosotros, porque el mundo y lo que hay en el mundo os quema volviéndoos cenizas, criaturas pulverizadas.
No tengáis miedo, pequeños míos, en acercaros a Mí, el agua que contiene la Fuente Divina de mi Sacratísimo Corazón no os anegará, no os hundiréis en su profundidad porque todavía no estáis totalmente limpios para sumergiros en ellas.


Necesitáis trabajar en vuestro crecimiento integral, porque, Yo, no os pido sólo una parte de vuestro ser, os pido todo para Mí ya que vuestro cuerpo, alma y espíritu son tres esencias distintas en una sola.


Necesitáis tener más confianza en Mí, porque cuando todo brilla a vuestro alrededor gozáis de alegría, pero cuando os envío pequeñas pruebas, vuestro corazón se torna reacio a mi amor, llegando inclusive a dudar de mi gran misericordia.

Necesitáis hacer de vuestra vida una escuela de oración, oración que os hará grandes espiritualmente porque orando llevaréis con amor las cruces de cada día. Necesitáis reconocer que vuestra vida sin Dios es un paisaje mustio, lúgubre, sin color.
Necesitáis caminar siempre tras las huellas del Maestro, Maestro que os hace sus discípulos, sus aprendices. Necesitáis estar armados, de mi armadura celestial, para que no seáis como soldados que batallan en medio de la guerra sin fusil.

Necesitáis hacer de mi presencia el aire que os oxigena, el aire que os da vida, porque el día en que prescindáis de Mí os infartaréis de tedio, de melancolía.

Necesitáis creer en mis palabras, en mis promesas, promesas que os las hago realidad porque en Mí, jamás hay mentira, engaño.


Necesitáis colapsar para el mundo, mundo que transforma vuestra manera de pensar, vuestra manera de ser.

Necesitáis reconocer que vuestra vida pende de un hilo, hilo frágil y muy delgado que fácilmente puede reventarse.


Necesitáis romper cadenas para que seáis libres. Necesitáis alimentaros, aún, más con mi Cuerpo y con mi Sangre, porque sois débiles con alto grado de desnutrición espiritual.
Necesitáis hacer morir el Caín que hay dentro de vosotros


y dejar vivir el Abel en vuestro corazón para que os tome como su posesión, su pertenencia.

Necesitáis acercaros a Mí y entregaros incondicionalmente porque os amo, porque sois niños de mi predilección.