UK: la Sharia llegará tarde o temprano

La Gaceta
Los sucesivos ataques islamistas en Reino Unido desde el comienzo de 2017 han puesto de manifiesto la realidad que vive el país. En los tres últimos atentados, algunos de los autores han sido hombres nacidos en Reino Unido -para regocijo de la prensa globalista- y el mito de los 'lobos solitarios' ha quedado completamente desmontado.

Cuando uno se aleja de Notting Hill y del Londres más fotografiado, la ciudad parece otra. La multiculturalidad ha sido santo y seña de la capital británica desde hace decenas de años, pero en los últimos tiempos algo ha cambiado. Distritos completos se han convertido en auténticos guetos donde la sharia es la ley que impera y la presencia policial resulta un problema incómodo. Tras los atentados, el control sobre estos semilleros islamistas se ha recrudecido y eso no ha sentado nada bien a algunos vecinos.
Los terroristas se aprovecharon del sistema público británico, que financia la educación islámica, y vivieron en esos barrios convertidos en guetos. Numerosos documentales -incluido uno de France2 que tuvo un importante revuelo mediático- han denunciado la situación de las escuelas británicas, verdadero semillero de jóvenes yihadistas que después son moldeados en las mezquitas por imanes radicales. Todo ello con el beneplácito de las autoridades del país, que dejan la gestión de estos centros en manos de países como Arabia Saudí y su particular visión del islam.

'La sharia se impondrá'

Abu Rumaysah es uno de los predicadores más enérgicos de Reino Unido. Cuenta con una legión de seguidores en Londres, donde se crió en un ambiente occidental hasta que a los 19 años se convirtió al Islam, y ha dedicado los últimos 10 años a adoctrinar a los más jóvenes en una de sus versiones más radicales.
"La bandera negra del Islam y del Estado Islámico se verá pronto en todas partes", ha asegurado Rumaysah. Desde el garaje donde realiza los encuentros con el resto de radicales y ante la impunidad de las autoridades, el predicador no esconde su pasión por los discursos de Omar Bakri Mohammed: "Nos pidió que colocáramos la bandera en lo alto de Downing Street y algún día lo haremos".
Rumaysah ha señalado que los musulmanes "están avanzando" en Reino Unido y cuentan con más presencia en las instituciones públicas: "No creo en la soberanía de la Reina, ni en que la autoridad esté en manos de otras personas que no sean musulmanes".
"La gente de Reino Unido está viviendo en la ignorancia, su país está en guerra y si siguen quedándose callados, eso no les va a ayudar", ha mantenido Rumaysah.

'Volved a adorar a Alá'

Otra figura mediática entre los radicales de Reino Unido es Abu Haleema. Estrella de las redes sociales, especialmente en Youtube, utiliza sus vídeos con el fin de reclutar a los jóvenes para el islamismo radical: "Dejad de adorar la democracia y volved a adorar a Alá".
Haleema no tiene reparos en admitir que desea la aplicación de la sharia en todo el continente. Sin poder salir de Reino Unido -las autoridades británicas le anularon el pasaporte-, el islamista exige la prohibición del alcohol y las apuestas y el encarcelamiento de los homosexuales.
Como los lectores de La Gaceta ya sabrán, el castigo que establece la ley islámica para los homosexuales pasa por ser arrojados desde lo alto de un edificio o morir lapidados frente a una multitud en una plaza pública.

Miles de yihadistas fuera de control

(Calle cortada en el centro de Londres)
A nivel de seguridad, la situación es realmente preocupante. Hace unos meses el MI5 ya se declaró "incapaz" de controlar a las decenas de células terroristas activas en el país, pero la amenaza ha ido en aumento. Según una información del periódico The Times, 23.000 islamistas han sido identificados por los servicios de inteligencia como posibles terroristas, pero sólo 3.000 son vigilados a diario.
Cabe recordar que los autores de las masacres en Londres y Manchester estaban en el primer fichero, pero los responsables del MI5 consideraron que no representaban suficiente amenaza. En el caso de Salman Abedi el despropósito fue aún mayor, pues las autoridades británicas conocían sus viajes a Siria para entrar en contacto con miembros del Estado Islámico.
La incapacidad del MI5 para investigar a todas las células obliga a realizar una lista de prioridades. En esta lista se incluye a aquellos sospechosos que se cree que representan una mayor amenaza, mientras que para otros se cierra la investigación y pasan al grupo de "antiguos sujetos de interés".