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Personal: Marco Tosatti escribe que la reforma de Francisco de la Curia Romana es radicalmente personalizada. Francisco escoge a las personas, no de acuerdo a sus capacidades, sino de acuerdo con su sumisión y lealtad incondicional a su persona.
Lo opuesto: Tosatti nota que Francisco no cumplió con los deseos de los cardenales antes de su elección en 2013. Pidieron que se redujera el poder del Secretario de Estado y se celebraran reuniones periódicas entre los jefes de las Congregaciones vaticanas y el Papa. Ocurrió lo contrario. Algunos directores de Congregaciones casi nunca tienen la oportunidad de ver a Francis, otros tienen que esperar hasta que reciban una cita.
Conchas vacías: Según Tosatti, Francisco ha creado una Curia paralela. Los colaboradores no queridos de la Curia son eliminados en silencio. Según Tosatti esto sucede, "en número considerable". Cuando esto no es posible sin crear un escándalo, éstos se convierten en "cáscaras vacías", que están de hecho privadas de poder. Tosatti menciona a la cabeza de la Congregación para los Obispos, el cardenal Ouellet, el jefe de la Congregación para el Culto Divino, el cardenal Sarah, y el jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Müller.