Un milagro en Nazaret hace 3 años.

San Charbel está bien activo! 
A continuación del hermoso testimonio de nuestro amigo Charbel Maroun sobre el viaje de Vicka a Tierra Santa en 2013 que les relaté en el boletín del mes pasado (ver PS 1), les comparto otro testimonio suyo sobre el gran santo de Medio Oriente: Charbel Marlouf. En Medjugorje encontrarán fotos suyas por doquier. Y esto porque los numerosos peregrinos libaneses que vienen aquí (su número se ha duplicado desde el año pasado) están muy orgullosos de su santo y nos maravillan con sus relatos. Charbel Maroun vivió en Galilea y nos cuenta:
”Se ha producido un gran milagro en Nazaret hace 3 años. Teresa, católica, padecía de un terrible cáncer en la rodilla y fue a consultar un médico, judío y ateo, de mucho renombre. El profesional declaró que el cáncer era muy peligroso y que había que operarlo a la mayor brevedad. Los análisis lo confirmaron sin dejar lugar a dudas; el mal parecía incurable. Ante esta noticia Teresa decidió ir al Monte Carmelo donde se encuentra un gran santuario dedicado a san Charbel y tomar un poco del aceite bendito que proviene del santuario del Santo en Anava, en el Líbano. Efectivamente los monjes recogen este aceite de las lámparas que arden al lado de su tumba, lo bendicen y lo ofrecen luego a los peregrinos. Teresa untó con este aceite su pierna y su rodilla afectada por el terrible mal.Unos dias más tarde se dirigió al hospital para ser intervenida.
Fuera de toda lógica el médico comenzó a posponer la operación de hora en hora. Teresa no comprendía por qué lo hacía y temía lo peor. Finalmente el médico vino a su habitación para hablar con ella: “Me estoy volviendo loco, le dijo. ¡El cáncer ha desaparecido por completo! ¡Nunca he visto algo semejante!” Teresa le dijo entonces que era un milagro obtenido por la intercesión de san Charbel. Este médico judio y ateo no se contentó con su explicación y decidió visitarla en su domicilio para controlar su alimentación y su forma de vida, pero todo era normal. Los examenes subsiguientes confirmaron que el cáncer había desaparecido sin dejar rastro alguno. La única explicación posible era la de estar frente a una intervención sobrenatural.
Teresa le contó al médico todo lo que sabía sobre el santo y cómo se había untado con su aceite. Este testimonio lo conmovió tan profundamente que decidió ir él mismo hasta el Monte Carmelo, al santuario de san Charbel. ¡Visita memorable! En efecto, habiendo quedado muy sobrecogido, especialmente a causa de la oración fervosa de tantos jóvenes; le pidió a los medios de comunicación que difundieran aquel increíble milagro. Era el primer milagro cristiano publicado por las agencias israelíes. Hoy en día, después de tres años, Teresa sigue gozando de buena salud”.
Si doy a conocer este hecho es porque la Santísima Virgen frecuentemente nos invita a leer la vida de los santos y a dejarnos inspirar por ellos en nuestro camino hacia la santidad. La curación de Teresa es ciertamente algo muy bueno pero, al igual que cada uno de nosotros, ella deberá un día abandonar este mundo. Lo que realmente importará en aquel momento, en vistas a la eternidad, será la abundancia del amor divino que habrá atesorado en su corazón. Cuando a través de los santos se obtiene una sanación física esta permite logicamente una mejor salud corporal, sin embargo su objetivo principal es el de despertar la conciencia de la persona para que se abra a Dios con renovado entusiasmo y fervor. La persona sanada se familiariza con la manera de vivir de aquel santo y medita sobre qué ensenanzas puede recoger de él que le sean provechosas para su propio camino. Es por ello que luego de una sanación física suele también producirse una verdadera conversión del corazón.
Otro detalle suplementario sobre san Charbel: acostumbra visitar a las personas en sus sueños. De esta foma cada uno toma conciencia de su cercanía. ¡Sin embargo lo más sorprendente es que le gusta manifestarse en los quirófanos! Los médicos pueden ver a este monje en su hábito negro que esta simplemente allí sin saber cómo ha entrado, y esto no sólo en el Líbano sino también en Tierra Santa, y que interviene en la operación. Los medicos quedan estupefactos ante su pericia y se preguntan ¡cómo puede ser que un monje resulte ser más perito en la materia que ellos que han dedicado tantos años al estudio de la medicina!
Con san Charbel nos encontramos en presencia de un fenómeno concedido por Dios para nuestro tiempo tan atribulado. ¿Por qué se manifiesta ahora? ¡Dios sabe por qué! Y nosotros, en la oracion, podemos intuir el motivo y darle gracias.


Sor Emmanuel, Medjugorje