Fco acepta la herejía de Lutero sobre la justificación



Tal para cual, pero al menos Lutero expresó descaradamente sus herejías, en cambio, Bergoglio, lo hace astuta y disimuladamente para enredar a los incautos

El domingo 26 de junio de 2016, durante su vuelo de Armenia a Roma, Francisco dio una conferencia de prensa a los periodistas que iban a bordo del avión. Acá está la pregunta y la respuesta que él dio sobre Martín Lutero.
Tilmann Kleinjung, ARD, Radio Nacional Alemana: Hoy habló de los dones que comparten las Iglesias. En vista que usted irá dentro de 4 meses a Lund para conmemorar el 500 aniversario de la Reforma, pienso que tal vez este sea el momento justo no sólo para recordar las heridas de ambas partes, pero también de reconocer los dones de la reforma, tal vez sea una pregunta herética, la de anular o retirar la excomunión de Martín Lutero o de cualquier rehabilitación. Gracias”.
Francisco: “Yo creo que las intenciones de Martín Lutero no eran equivocadas, era un reformador... En ese tiempo la Iglesia no era un modelo de imitar, había corrupción en la Iglesia, había mundanidad, el apego al dinero, al poder, y por esto él protestó. Él era inteligente, ha hecho un paso adelante justificando por qué lo hacía, y hoy luteranos y católicos, protestantes, todos, estamos de acuerdo con la doctrina de la justificación, en este punto tan importante él no se ha equivocado.
Pero él ha hecho una medicina a la Iglesia, y luego esta medicina se ha consolidado en un estado de cosa, en un estado de disciplina, en una forma de creer, de hacer, en un modo litúrgico, y además no estaba solo, estaba Zwingli, estaba Calvino, cada uno distinto al otro, y detrás de ellos, quienes estaban, los príncipes. Debemos meternos en la historia de ese tiempo. Es una historia no muy fácil de entender y luego fueron avanzando las cosas, hoy el diálogo es muy bueno, ese documento sobre la justificación creo que es uno de los documentos ecuménicos más ricos, más profundo, existen divisiones, dependen también de las Iglesias.
En Buenos Aires había dos iglesias luteranas, una pensaba de un modo, también en la misma iglesia luterana no hay unidad, pero se respetan, se aman, la diversidad es aquello que tal vez ha hecho tanto mal a todos y hoy buscamos retomar el camino para encontrarse después de 500 años. Yo creo que debemos rezar juntos, rezar. Por esto la oración es importante. Segundo trabajar por los pobres, por los perseguidos, por tanta gente, los prófugos, tanta gente que sufre. Trabajar juntos, orar juntos y que los teólogos estudien juntos buscando. Este es un camino largo, larguísimo.
Una vez buscando he dicho, yo sé cuándo será el día de la plena unidad, ¿Cuál? el día después de la venida del Hijo del Hombre, porque no se sabe, el Espíritu Santo hará la gracia, y mientras tanto, orar, amarse y trabajar juntos. Sobre todo por los pobres, por las personas que sufren por la paz y tantas cosas por las que se está trabajando en conjunto.”[1]
¡Francisco declara abiertamente que Martín Lutero “no se ha equivocado” sobre la justificación! Esa es toda una declaración. La falsa doctrina de Lutero sobre la justificación fue su herejía emblemática. La herejía de Lutero está completamente explicada en nuestro documental en inglés sobre la justificación.

Concilio de Trento, Sesión sexta, 13 de enero de 1547, Decreto sobre la justificación, Denzinger-Hünermann 1520-1583

1558: Can. 8. Si alguno dijere que el miedo del infierno por el que, doliéndonos de los pecados, nos refugiamos en la misericordia de Dios, o nos abstenemos de pecar, es pecado o hace peores a los pecadores: sea anatema [cf.*1526; 1456].
1560: Can. 10. Si alguno dijere que los hombres se justifican sin la justicia de Cristo, por la que nos mereció justificamos, o que por ella misma formalmente son justos: sea anatema [cf.*1523; 1529].
1561: Can. 11. Si alguno dijere que los hombres 1561 se justifican o por sola imputación de la justicia de Cristo o por la sola remisión de los pecados, excluida la gracia y la caridad que se difunde en sus corazones por el Espíritu Santo [cf. Rom 5, 5] y les queda inherente; o también que la gracia, por la que nos justificamos, es sólo el favor de Dios: sea anatema [cf.*1528-1531; 1545s].
1562. Can. 12. Si alguno dijere que la fe justificante no es otra cosa que la confianza de la divina misericordia que perdona los pecados por causa de Cristo, o que esa confianza es lo único con que nos justificamos: sea anatema [cf.*7533s].
1571: Can. 21. Si alguno dijere que Cristo Jesús fue por Dios dado a los hombres como redentor en quien confíen, no también como legislador a quien obedezcan: sea anatema.
1583: Can. 33. Si alguno dijere que por esta doctrina católica sobre la justificación expresada por el santo Concilio en el presente decreto, se rebaja en alguna parte la gloria de Dios o los méritos de Jesucristo Señor Nuestro, y no más bien que se ilustra la verdad de nuestra fe y, en fin, la gloria de Dios y de Cristo Jesús: sea anatema.