*Putin legisla contra la homosexualidad y las ofensas religiosas

01/07/2013  ForumLibertas.com


Putin no tolerará las ofensas a la fe religiosa ni la propaganda gay


A principios del pasado mes de abril el Parlamento ruso aprobaba un proyecto de ley del Ministerio de Sanidad que promueve la prohibición de anuncios sobre el aborto para combatir la baja tasa de natalidad del país. Al mismo tiempo, daba luz verde a una ley que sanciona con hasta tres años de prisión la blasfemia, un año después de que el grupo punk Pussy Riot grabara una canción en una conocida iglesia de Moscú contra el ahora presidente Vladimir Putin.

Este domingo, 30 de junio, el presidente ruso ha firmado la ley que castiga los ataques a la Iglesia y a los sentimientos religiosos de los creyentes. Quienes realicen actos de este tipo podrán ser castigados con multas de hasta 500.000 rublos (más de 11.000 euros), trabajos sociales que oscilarán entre las 240 y las 480 horas o penas de hasta tres años de cárcel, por “notoria falta de respeto hacia la sociedad con el fin de ofender los sentimientos religiosos de los creyentes”, especialmente si se profieren amenazas de usar la violencia.

La ley también tipifica una nueva falta en el Código Administrativo, que penará con multas de hasta 50.000 rublos la profanación de literatura religiosa, símbolos y emblemas de los distintos credos, así como su destrozo.
 
Al mismo tiempo, Putin ha firmado la ley que prohíbe realizar en público propaganda de la homosexualidad. Se trata de una legislación que pretende luchar contra la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales”.

La nueva norma establece que si el infractor tiene un cargo público se le impondrá una multa de 40.000 a 50.000 rublos (entre 1.000 y 1.250 euros). Pero si se trata de una persona jurídica la sanción puede ir de 800.000 al millón de rublos (de 19.000 a 23.500 euros). El castigo se recrudecerá si para tal propaganda se usan medios de comunicación.

La ley aparece enunciada como una herramienta para mantener el mensaje de los gays lejos de los niños, pero en la práctica también supone que los homosexuales no podrán organizar actos ni protestas en público, ni tampoco utilizar los medios de comunicación.