17 julio 2013
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Está
revolucionando la política alemana. Hace sombra a la poderosa Angela
Merkel y hasta su nombre ha sonado para presidenta del país o futura
canciller. Es el caso Úrsula Von der Leyen, una política atípica que
está rompiendo moldes en Europa. Precisamente ahora es ministra de
Trabajo y Asuntos Sociales en Alemania y en España es conocida por haber
venido a ofrecer empleo a 5.000 jóvenes españoles.
Esta
alemana de 55 años es algo más que política. Los alemanes la llaman “la
madre de la nación” pues tiene siete hijos. Durante sus años en la
política se ha empeñado en demostrar la grandeza de los hijos, las
enormes ventajas de los niños en la sociedad y ha luchado por abrir
camino a las familias que quieren tener hijos en una Europa con una
histórica crisis demográfica.
La importancia de rezar con sus hijos
Von der Leyen es además una mujer de fuertes convicciones
religiosas. Es cristiana y practicante. Cuenta orgullosa lo importante
que es desayunar todos los días con sus hijos y rezar con ellos antes de
acudir a sus obligaciones en el Ministerio. Del mismo modo hace lo
mismo por las noches antes de que sus hijos vayan a dormir.
Es
una de las principales valedoras en recuperar y poner en valor en
Europa los valores cristianos que han forjado el continente siglos
atrás. La familia juega aquí un papel esencial. Lo sabe. Y no le importa
liderar esta revolución familiar. No es de extrañar, por tanto, que las
feministas radicales la tengan en su punto de mira y esté siempre en la
diana de sus críticas e insultos. “¡Esa mujer!”. Así se refieren a ella
con desdén las feministas. Sin embargo, ella les replica que Alemania y
Europa irían mejor con más mujeres como ella, es decir, madres.
Luchadora por la familia
Desde 2009 es ministra de Trabajo pero su incansable lucha por
la familia viene de atrás pues previamente, de 2005 a 2009, fue ministra
de Familia, Mujer y Juventud. Desde ese puesto legisló a favor de este
colectivo y ayudó a que las familias puedan conciliar mejor el cuidado
de los hijos y el trabajo.
Úrsula
ha mostrado también al mundo la falacia de que no se puede ser madre y
progresar profesionalmente, sin tener que por ello renunciar a tener
familia. Estudió Económicas y más tarde se doctoró en Medicina llegando a
dedicarse a la investigación. Más tarde se trasladó a EEUU debido a
compromisos laborales de su marido. Allí se dedicó a cuidar de sus hijos
y a la investigación y vio la importancia de ayudar a la familia. A
partir de ahí entró en la CDU alemana y comenzó su meteórica carrera
política.
Su carrera contracorriente
Al
llegar al Gobierno de Merkel fue consciente de que sus cinco compañeras
del Ejecutivo, incluida Merkel, habían renunciado a la maternidad para
dedicarse a la política. Ella era el bicho raro y lamenta que en su país
“tener siete hijos esté mal visto, se considera casi una provocación”.
Como
ministra de Familia preparó una mini-revolución que fue hasta mal vista
por su propio partido aunque ella siguió adelante. Propuso guarderías
gratuitas y ayudas a los padres para el cuidado de sus hijos así como el
permiso para que los padres pudiesen quedarse en casa cuidando de los
niños. Pese a las críticas ella hablaba de sus experiencias familiares y
cómo había podido conciliar trabajo y familia. “Me han llegado a
preguntar si quiero encerrar a los padres a latigazos y eso demuestra el
desprecio hacia todo lo que tenga que ver con el cuidado de los niños”.
La familia, cuna de valores
En
una entrevista en ABC cuando aún era ministra de Familia, Von der Leyen
aseguraba que “no soy una superwoman, donde estoy es el resultado de un
largo camino de altibajos y decisiones con mi marido, y también de
algunos errores”.
“La
familia recobra su importancia, no sólo como factor de equilibrio, sino
como herramienta para transmitir directamente unos valores, una
interioridad y una trascendencia. Además, comprobamos que sin niños un
país no puede seguir existiendo, por razones económicas y también
emocionales”, afirmaba.
“Los niños no significan pobreza”
En
este sentido, agregaba que “estamos en una situación muy crítica, sobre
todo psicológicamente. Hay que volver a hablar del pan que los niños
traen bajo el brazo: se llama alegría, fuerza creadora, seguridad
futura…que los niños no significan pobreza, sino perspectiva”.
“Tener cuatro hijos es dirigir una pyme”
En
su opinión, la familia “recupera importancia frente a la globalización.
La familia es donde se aprende la responsabilidad entre hijos y padres,
los valores que queremos para mañana. La educación hoy es
transfronteriza, pero igual necesita límites, pues de mayor uno
encontrará reglas. Los niños siguen necesitando tiempo, y ejemplo: y
deben conocer valor del esfuerzo para el éxito”.
A
pesar de ello ve cambios en el mundo actual. Hay ya empresas que
prefieren a personal con familia que a solteros. La ministra responde
que es algo normal pues “son las cabezas más flexibles, rápidas y
maduras emocionalmente. Piense que tener cuatro hijos es ya dirigir una
pyme”.
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